9 de julio de 2008

100 ESPECIES EN CASA

El pasado 6 de julio observé un alimoche común (Neophron percnopterus) volando a escasos metros de mi casa. Esto, en una provincia como Burgos, con una población relativamente decente de esta ave rapaz, no sería noticia. Ni es un "citón" ni tiene importancia para ser recogida en el "Anuario Ornitológico de la provincia de Burgos". Pero a nivel personal sí es importate, ya que hace la especie número 100, observada en la zona donde vivo.
Voy a cumplir dos años viviendo en una urbanización pequeñita en medio del campo, y desde el primer día llevo un conteo sistemático de todo lo que se mueve por los alrededores. Como buen listero confeso llevo dos listas, una con todas las especies vistas en una zona de 2km a la redonda aproximadamente y otra con lo que he observado sin salir de casa. Pues bien, es en la primera de estas dos listas donde he alcanzado las 100 especies. Para la segunda llevo 72.
El hábitat que predomina es el bosque abierto de encina carrasca (Quercus ilex ballota) combinado con núcleos cerrados de quejigo (Quercus faginea), alternados por campos de cereal, praderas abiertas de gramíneas y monte bajo. La zona ronda los 914 m.s.n.m. Es un hábitat muy degradado, surcado por multitud de caminos rurales, alguno de ellos incluso con bastante tráfico al ser nexo de unión entre dos poblaciones; con 4 núcleos de población en un diámetro de apenas 2km, y con una autovía que lo atraviesa. Y para colmo amenazado por parques eólicos en proyecto. Desde luego, en principio, un panorama desolador.
Pero a pesar de esto, las aves son agradecidísimas. Dedicándole tiempo, teniendo paciencia y sabiendo donde buscar, siempre te dan alegrías. Ya podemos abrir caminos, destrozar cunetas de carreteras, hechar pesticidas en los campos, realizar talas indiscriminadas o cambiar monte por cereal, que siempre algún pájaro le va a sacar provecho.
Por suerte todavía puedo sentarme en el jardín y ver pasar varias especies de rapaces todos los días, incluyendo buitre leonado (Gyps fulvus), culebrera europea (Circaetus gallicus), aguililla calzada (Hieraaetus pennatus), gavilán común (Accipiter nisus), milano negro (Milvus migrans) o cernícalo vulgar (Falco tinnunculus). Incluso así pude observar un cernícalo patirrojo (Falco vespertinus), macho adulto, en junio de 2007; quizá la cita más interesante que he podido recopilar desde que hago el seguimiento de fauna de la zona, aunque sea por la escasez de citas en Burgos (más abundantes en los últimos años, eso sí).
Otras especies escasas para la provincia y que he tenido el placer de encontrar por aquí, han sido: dos citas de águila pescadora (Pandion haliaetus), una en el paso postnupcial de 2007 y otra en el prenupcial de 2008; o un grupito de gaviotas sombrías (Larus fuscus) en migración durante el paso postnupcial de 2007.
Gavilán común, hembra joven posada sobre el poste de una valla en un jardín. El lugar sostiene una buena población invernante de esta especie, así como una pequeña cantidad de parejas reproductoras.

Pero, yo considero, que el valor de un sitio así no radica en que de citas más o menos interesantes por su rareza o excepcionalidad, sino en el conjunto de aves que, a pesar de todas las dificultades con las que tienen que bregar, todavía se niegan a abandonar el hábitat donde han vivido siempre. Así, hay varias especies que considero como las "estrellas" del lugar, por ser además alguna de ellas, representativas de la avifauna de nuestro país: curruca mirlona (Sylvia hortensis), curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), escribano hortelano (Emberiza hortulana), mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli), torcecuello (Jynx torquilla), azor común (Accipiter gentilis) perdiz roja (Alectoris rufa) y bisbita arbóreo (Anthus trivialis). Estas especies resumen la importancia que tiene este sitio degradado y, por desgracia, sirve de representación para muchos otros de nuestra geografía nacional.
Perdiz roja, especie representativa de la avifauna del lugar, y que aún cuenta con poblaciones aceptables, aunque nunca volverán a ser como las de antaño.
Gorrión chillón, especie que se aprovecha de los nucleos rurales humanos para asentarse, sin menospreciar los cortados arenosos o los huecos de los árboles donde lo ha hecho siempre. Debido a esto, su población en la zona es relativamente abundante.

Pero las especies que han triunfado y, como consecuencia, son más abundantes en el lugar son las que han sabido aprovecharse de una u otra manera de los asentamientos humanos. Bien sea para buscar alimento, refugiarse o criar, hay una serie de aves que habitan cerca del hombre y, como consecuencia, su observación es fácil y su compañía cercana y agradable. Así tenemos: gorrión chillón (Petronia petronia), colirrojo tizón (Phoenicuus ochruros), estornino negro (Sturnus unicolor), lavandera blanca (Motacilla alba), herrerillo común (Parus caeruleus) o pinzón vulgar (Fringilla coelebs), como ejemplos.

Colirrojo tizón, macho subadulto. Ave que aprovecha los asentamientos humanos para criar y buscar alimento.

Lavandera blanca que cría en el muro viejo de una casa.

Pinzón vulgar, macho adulto en plumaje nupcial. Especie que busca alimento en huertas y jardines, sobre todo en invierno.

1 comentario:

José Miguel Alonso Pumar. dijo...

¡¡Buenas Alfonso!!

Que grata sorpresa esta reaparición en la red. Da gusto volver a leer tus crónicas de la zona (y más allá, como decimos algunos).

A ver si vamos coincidiendo por el campo.

Un saludo