14 de agosto de 2006

DE LA LAGUNA AL MAR

Este último fin de semana se presentaba perfecto. El plan era visitar la laguna de la Nava en Palencia el viernes por la mañana, para estar en la ría de O Burgo en Coruña por la tarde; y así subirnos al barco que partía de Viveiro en Lugo el sábado a primera hora de la mañana. El sábado por la tarde lo acabamos en la Ría de Avilés, en Asturias, para desde ahí volvernos a casa. Los objetivos: Carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola) en la Nava, Gaviota de Bonaparte (Larus philadelphia) en O Burgo, Paíño de Wilson (Oceanites oceanicus) en Estaca de Bares y Gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus) en Avilés. Bueno, cuando hablo de objetivos quiero decir de "objetivos generales", porque alguno volvió para casa con un carro de ellos. Ya en la Nava más de uno salió con 2 o 3.
La expedición compuesta por Carlos Sánchez y Oscar Llama, de Madrid, que pasaron la noche del jueves en mi casa (nunca se puede negar hospedaje a un pajarero), y David González Ortega y yo, parte de la sección castellana que acudía al barco. Desde Burgos también nos acompañó Pedro Arratibel, para tacharse el cejudo.
Salimos de Burgos a las 6,00 h y hora y media después estábamos en la estación de anillamiento de la Nava, donde pasamos el rato viendo el buen trabajo que hacen los anilladores y voluntarios en este lugar. Entre mosquiteros, carriceros comunes y algún tordal, zarceros, lavanderas boyeras, gorriones molineros y un par de carricerines comunes y una buscarla unicolor, que fueron bimbo para alguno, paso el rato, hasta que después de la tercera batida a las redes calló nuestro esperado premio. Los nervios habituales y la impaciencia colectiva hasta que el pequeño fantasma del carrizal salió de la bolsa. Primero dejamos que el anillador haga su trabajo y después viene la sesión de fotos para, posteriormente, dejar que esta pequeña joya siga su periplo a África.

Carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola), Laguna de la Nava, Palencia. Agos 06.

Después de este encuentro con el ansiado cejudín matamos el rato viendo algunos limícolas y maravillándonos con la belleza oculta de un grupo de terreras comunes (Calandrella brachydactyla). Nos despedimos de Pedro, que no puede subir al norte, y nos ponemos rumbo a Galicia. Eso sí, a medio camino, paradita para comer (bien, bien) y hablar de pájaros.

A media tarde llegamos a la Ría de O Burgo, donde nos encontramos una rachas de viento brutales y un grupo de unas 400 gaviotas reidoras (Larus ridibundus) y una veintena de cabecinegras (Larus melanocephalus); objetivo, con estas condiciones, buscar una Gaviota de Bonaparte. Tardamos casi una hora en dar con ella, pero al final nos deleitamos un buen rato. La muy... se dedicaba a alimentarse entre las plantas de la orilla, quizá para refugiarse del fuerte viento reinante. De los cuatro pajareros bimbaron dos, que por cierto y ahora que lo pienso, apenas esteriorizaron su alegría... o yo soy demasiado exagerado o estoy pirao...

Gaviota de Bonaparte (Larus philadelphia), Ría de O Burgo, Coruña. Agos 06

Sin tiempo más que para darle una ojeada a zarapitos trinadores, gaviotas cabecinegras, unos pocos correlimos comunes, andarríos chicos, andarríos grandes y muchísimas lavanderas boyeras, nos ponemos de camino a Viveiro que hay que buscar un sitio para pasar la noche y meterse una cenita como Dios manda.

Una vez cumplido el primer objetivo, duchita y salimos a cenar. Cena que compartimos con el bueno de Andrés Bermejo que nos puso al día del gavioteo general gallego y nos dejó varias joyitas de su sabiduría y experiencia. La cena como no podía ser menos: pulpo a la gallega, pimientos de Padrón... etc. Unas cervecitas, y a dormir.

El gran día había llegado. Puntualmente, a las 8,30 de la mañana, estábamos en el puerto de Viveiro al igual que la mayoría de la gente. No se que me causó más satisfacción, si subirme al barco, ver marinas o volver a ver a toda esa gente que hace mucho que no ves. Bueno, ¡qué narices, si lo se! ¡Ver marinas, por supuesto! Aunque lo otro también es motivo de gran alegría para mí. He contado que a la hora estábamos todos, pero no fue así. Faltaba el "jefe del tinglao", el "boss", el que nos había citado a todos allí, Xurxo Piñeiro. Sin él ni barco, ni "chum", ni nada. Pero al final, llegó. Nos subimos todos al barco y comenzamos a movernos.

Mientras los primeros mareos se hacían patentes entre algunos pajareros, otros empezábamos a deleitarnos con los primeros alados. Un Eider común (Somateria molissima) nadaba junto al barco, y se empezaron a oír los primeros "clicks" de las cámaras de fotos, que nada más salir ya comenzaban a hechar humo. Sin haber salido de la ría ya había gente con síntomas de mareo, así que cuando salimos a mar abierto, no quiero ni deciros lo que se llegaba a ver por ahí, sobre todo en el baño del barco...

La primera estrella que acudió a la llamada del "chum made in Xurxo" fué un adulto de Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus), la verdad que un pájaro a-lu-ci-nan-te.

Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus), Estaca de Bares, Galicia. Agos 06. Foto M.Rouco

Aún estando el paso de marinas muy flojo, poco a poco fueron apareciendo especies, salvo el objetivo del viaje, al menos para mí, aunque después de hablar con casi todo el mundo, el objetivo era el mismo para todos, Paíño de Wilson.

Aparecieron paíños europeos (Hydrobates pelagicus), y por más que escudriñábamos entre ellos, a ninguno le asomaban las patitas por detrás de la cola, una de las características para identificar al Wilson.Paíño europeo (Hydrobates pelagicus), Estaca de Bares, Galicia. Agos 06. Foto M.Rouco

Asi que a falta del Wilson, nos deleitamos con pardelas: capirotada, sombría, pichoneta, balear y cenicienta; págalos: pomarino, parásito y grande; charranes: ártico y común; fumarel común; los paíños europeos; un par de negrones comunes en migración hacia el oeste; gaviotas sombrías y patiamarillas y alcatraces.

Me fuí sin bimbar el Paíño de Wilson, pero para alguien de tierra firme es siempre un pasada ver estos pájaros que por aquí nos parecen "de mentira".

Para acabar el día nos fuímos hasta Avilés, en Asturias, para ver o intentar ver, el Gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus), que a alguno de los del centro les faltaba. Pero lo único que vimos fueron reidoras, patiamarillas, sombrías y un gavión, pero atlántico, no hiperbóreo. Sentados en una terraza y con unas cervecitas (¡cuánto bebimos! ¿no?) y hablando de pájaros (¿se puede hablar de otra cosa?), así acabamos el día los dos madrileños y los tres castellanos (uno de adopción) ya que Rouco se "arrejuntó" a nosotros a partir del barco.

Esta vez solo me traigo un bimbo para casa, pero pocas veces he disfrutado tanto...

1 comentario:

Fernando Zamora dijo...

Enhorabuena a los 5,sobre todo porque os lo tuvisteis que pasar de puta madre. Sobre el paiño de wilson, pues ya tienes una excusa para repetir el siguiente viaje.
Saludos pajareros.