Hoy justo hace un año que me vine a vivir a Burgos por motivos laborales. Cambiar de provincia siempre es duro. Llegas a un sitio nuevo y tienes que dejar atrás todos tus lugares habituales de pajareo y aprenderte otros donde ejercer tu afición.
En este año he ido conociendo mi nueva provincia, gracias en muchos casos, a los pajareros "autóctonos" que me han sacado al campo.
Pero es un pequeño lugar en medio de la ciudad de Burgos el que mejores ratos me ha hecho pasar. Se trata de unos encharcamientos junto al río Vena, entre el pueblo (convertido en barrio) de Villímar y la zona llamada Villímar Sur, que es donde yo vivo. Estas dos pequeñas lagunas se han formado por unas extracciones de tierra que hicieron en su día, pero que hace un par de meses han vuelto a tapar.
Encharcamientos de Villímar, Burgos capital. Ya parcialmente secos durante el principio del estío.
Durante los tres meses que pude pajarear por allí he llegado a observar hasta 7 especies de limícolas, un paso brutal de lavanderas boyeras (incluidas especies noreuropeas), con hasta 40 ejemplares diferentes en una sola mañana, paso de tarabillas norteñas, bisbitas arbóreos y alpinos, mosquiteros y además multitud de avifauna ribereña.
Archibebe claro (Tringa nebularia), Villímar, Burgos, may.06
Todo esto, no lo olvidemos, en medio de la ciudad. Un sitio que estaba a 300 metros de mi casa y que debido a la ampliación de unas zonas verdes, hace un par de meses que lo han tapado. Esto si que era "extreme birding" a la puerta de casa.
Tarabilla norteña (Saxicola rubetra), Villímar, Burgos. Abr.06
Ahora que empieza el paso postnupcial, estoy seguro de que me hubiera dado muchas alegrías, pero como siempre, un pequeño paraíso salvaje en medio de la ciudad, no da dinero. Es mejor hacer parques con mucho cemento y poca hierba para que el mantenimiento de los mismos sea más barato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario