10 de julio de 2010

Reidoras y paso por Cantabria

Estoy pasando el mes en la costa cántabra. Aquí las jornadas son mucho más llevaderas que en el interior de la península en estos días de calor. Además, puedo compartir ratos de pajareo con los deberes familiares de sol, playa y visitas a localidades turísticas.
En una de estas mañanas, el pasado día 8 de julio, me dí una vuelta por varios lugares de la bahía de Santoña. Concrétamente comencé el día en la ría de Bengoa, en las Marismas de Santoña. Aquí, como más destacable, un par de miles de reidoras sedimentadas a primera hora en el fondo de la ría.
Pero, a pesar de ser advertido por algún colega cántabro de que hay que madrugar mucho para que la gente no te moleste con las bicis, los perritos, el footing (¡qué cosa más mala!), el trekking, el windsurfing y varias de todas esas actividades que acaban en "ing", apenas paraban quietas por las molestias. Aún así, tuve un buen grupo al lado del observatorio y tiré unas cuantas fotos.

Para los de interior, cada rato de observación de láridos, es una oportunidad única de no quedarnos estancados en la observación de esta familia de aves. Entre los adultos (la gran mayoría) había varias decenas de juveniles de este año y, a algunos, ya se les comenzaba a ver bien la muda a plumaje de primer invierno.

Pero poder ver a esta gaviota en plumaje nupcial, es todo un lujo para mí. Me parece preciosa, sin llegar a tener la belleza y elegancia de una cabecinegra adulta en nupcial, pero preciosa.

Por cierto, había una cabecinegra adulta entre ellas, pero no pude fotografiarla decentemente debido a la distancia.
A la que sí le hice la testimonial fue a esta reidora que portaba una anilla metálica en su pata izquierda. Imposible de leer ni con el telescopio, of course...

Pero, quizá, lo más interesante ha sido la observación de una pareja de agujas colinegras (macho y hembra) al principio de mi paseo por esta ría. Supongo que serán de las primeras del paso. Además, 3 archibebes comunes también.
En esta ría, además, un joven halcón peregrino entreteniéndose con dos avefrías que lo pasaron francamente mal y que, lo siento por ellas, a mi me hicieron pasar un buen rato los tres. ¡Ley de vida!
Desde el observatorio de la Arenilla, una solitaria espátula, sin anillas.
En la zona del Regatón, en Colindres, buenos números de zarapitos reales y algunos trinadores. Un pequeño grupo de ostreros en la playa y, por allí también, una docena de charranes patinegros y un charrán común.

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