29 de abril de 2010

ISRAEL, part. II

4ª JORNADA: Wadi Mishmar, ruta del Mar Muerto, Balsa Zohar, Reserva de Shezaf.

Comenzamos el día en el wadi Mishmar que tanto nos había gustado la jornada anterior pero al que llegamos sin tiempo. Hoy sí pudimos disfrutarlo. Nos dieron la bienvenida una legión de currucas zarcerillas, debido al enorme pico de paso del que disfrutábamos. Entre ellas pudimos identificar varias currucas mirlonas orientales. Al poco, un par de camachuelos del Sinaí nos sobrevolaron. Pude identificar perfectamente a un macho rosadito, por lo que el que le acompañaba supongo que sería una hembra. No logramos encontrar el punto exacto donde se posaron. Algún mosquitero común completó el elenco de paseriformes, junto con los omnipresentes estorninos de Tristram, collalbas colinegras y aviones roqueros africanos.
Salimos del wadi por una pista de un kilómetro aproximadamente hasta la carretera. Por ella vimos varias collalbas grises e isabel. Pero a mitad de camino aproximadamente detuvimos nuestra marcha al toparnos con un grupo de tordinos arábigos que descansaban del ya incesante calor bajo una pequeña acacia. Estos pájaros se muestran muy confiados, por lo que nos acercamos sin molestarles para disfrutarlos de cerca. Pero en estas estábamos cuando un grupo de rapaces en migración se puso sobre nuestras cabezas y ¡vaya grupo más heterogéneo!. Estaba compuesto por esto: 4 águilas esteparias, 6 águilas pomeranas, 1 cigüeña negra, 2 ratoneros de estepa y 1 ratonero moro. Creo que esto define lo que es Israel en esta época del año... Fotos de una de las esteparias y del moro.
Salimos definitivamente del wadi y fuimos hasta la balsa Zohar, identificable desde la misma carretera 90 por los dos barcos que la presiden. Aquí vimos nuestros primeros gorriones del Mar Muerto, pero de manera muy lejana. A estas horas comenzaba a soplar ya mucho el viento sur y los pájaros apenas se movían. También disfrutamos de abejarucos verdes y alguna terrera sahariana como más significativo.

La tercera parada del día fué la Reserva Natural de Shezaf, junto a Hatzeva y, más concretamente, la zona del pic-nic. Aquí la collalba isabel es muy abundante. También vimos buitrón desertícola y perdiz desértica.

Pero el objetivo aquí era el camachuelo desertícola, del que vimos un pequeño grupo de 5 ejemplares. Además, tuvimos la suerte de que se nos posaran sobre la acacia en la que estábamos refugiados del enorme calor y del viento que nos azotaba.
Continuamos por la zona de la reserva, pero esta vez al km. 152, conocido por ser una de las mejores zonas para bimbar la curruca arábiga. Pero la climatología no nos acompañó ya que a estas horas el viento era tremendo, la temperatura altísima y una enorme nube de polvo y arena lo cubría todo. La óptica sufrió mucho, de ahí que tenga pocas fotos de aquí. Aún así nos bimbamos aquí la calandria bimaculada, con un grupo de 15-20 ejemplares posados a escasos metros de nuestra posición y el alcaudón núbico, una hembra, ¡único ejemplar de esta especie de todo el viaje! A esto le sumamos: un águila esteparia, un aguilucho papialbo, un alimoche, escribano ceniciento, un camachuelo desertícola más, collalba gris, tordino arábigo y las abundantes collalbas colinegras y currucas zarcerillas.

Así acabamos el tercer día, 15 de marzo.
5ª JORNADA: Km. 76, Yotvata, salinas del km.19 y km.20, Eilat y salida nocturna.
Amanecemos en el km. 76 de la ruta 90, lugar estepario y maravilloso. Comenzamos el día con un bimbazo; con las primeras luces levantamos un brutal chotacabras egipcio. A la primera nos pilló de sorpresa, pero a la segunda levantada lo disfrutamos a placer y lo dejamos en paz. Aquí hoy, el paso de aguilucho papialbo es muy bueno y vemos varios machos y hembras de casi todas las edades. También nos deleitamos observando las notables diferencias de los bisbitas campestres de Oriente Medio y los nuestros. El paso de terrera común está en su momento álgido y nos esmeramos en buscar alguna Dunn entre ellas, sin éxito. Como cosas interesantes vemos una calandria bimaculada, una lechuza campestre, un par de alondras ibis en pleno cortejo, collalba desértica, isabel y gris, curruca tomillera y, como segundo bimbo del día, un grupo de 9 gangas moteadas que nos pasan volando a corta distancia.
Nuestra segunda parada fue el archiconocido hotspot israelí de Yotvata. Aquí se había visto desde hace unos días un robín negro de matorral. Al llegar fuimos recibidos por un enorme contingente de terreras comunes entre los que se mezclaban una multitud de bisbitas gorgirrojos. Encima de uno de los postes de riego, pudimos deleitarnos con un machazo de aguilucho papialbo a corta distancia.
Y, por supuesto, vimos el robin debajo de uno de los pocos arbustos de la zona, en medio de los campos circulares de cultivo.

Por la tarde fuimos a las salinas del km.20, otro lugar mítico. En el agua rebullían gran cantidad de limícolas, anátidas y gaviotas. Así, el listado fue espectacular con cosas como archibebe fino (4 ejs.), chorlitejo patinegro, gaviota picofina, cerceta carretona, chorlito gris, correlimos menudo, flamencos y cientos de cigüeñuelas, avocetas y chorlitejos grandes y chicos. Vimos un limícola que nos tuvo entretenidos. Gonzalo lo identificó como un chorlito mongol grande y yo, que también lo ví, me reservo. Más tarde lo han vuelto a ver y lo han dado por un charadrius sp. Más info en el blog de Yoav Perlman con un análisis de Hadoram Shirihai incluido. Este fue el primer día que vimos lavanderas boyeras, ¡cientos! y todas apasionantes como las subespecies beema o feldegg, como esta. Además de todas sus variantes, formas y colores...

Nos dimos una vuelta rápida por Eilat y nos tachamos la corneja casera. A las 18:00 habíamos quedado en las balsas del km.19 con Noam Weiss. Aquí nos entraron una pareja de gangas de Liechtenstein a beber. ¡Preciosas!
Pero, para mí, lo mejor del día fue lo que tuvimos por la noche. En un paseo nocturno con Noam, por la zona de Yotvata vimos: búho berberisco, chotacabras egipcio y ¡una observación nocturna genial de chorlito asiático! Este pájaro es muy querencioso por un campo en concreto y es una muy buena oportunidad para verlo si lo localizas por la noche y Noam, para eso, es un crack. Además vimos chacales, zorros, liebre del desierto, una de las especies de gerbo enano y erizo de hocico negro.
Después de un descanso nos dirigimos a otra zona (confidencial) para observar la especie que, para mí, más ilusión me ha hecho de este viaje, el mítico cárabo de Hume. La observación fué brutal, no solo por el pájaro sino por el momento. Un wadi de paredes enormes, en una noche con una temperatura ideal y con el cielo estrellado. E, iluminado como una estrella de cine, un macho de cárabo de Hume cantando desde la hoquedad que albergaba su nido...

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