8 de febrero de 2010

Las rasas costeras de Asturias

El pasado día 6 de febrero pudo ser uno de los días más felices de mi vida pajaril pero la suerte, una vez más últimamente, no estuvo de mi lado. A ver si este mito alado aguanta un poco más y me brinda una segunda oportunidad.
Así que había que aprovechar el viaje junto al amigo Juan Sagardía para recorrer uno de mis hábitats favoritos de este país, las rasas costeras del norte, presentes en Galicia, Cantabria, País Vasco y, en este caso, Asturias, paraíso de las aves a pesar de la masificación que sufre en alguno de sus tramos costeros.
Pero alguna especie de ave se ve beneficiada de esta masificación siempre y cuando se compatibilice la actividad humana con la biodiversidad animal de la zona. A pesar de esto, algunos tramos de la costa asturiana aún están bien conservados y es en uno de estos sitios, donde estuvimos hace dos días.
Aquí se encuentran una serie de pájaros con los que los aficionados de interior flipamos cada vez que nos topamos con ellos. Para los colegas del norte son especies con las que conviven casi a diario pero que, para nosotros, son auténticas y fascinantes buenas observaciones.
Así, gaviotas argénteas y gaviotas canas se mezclan con las más abundantes reidoras, patiamarillas y sombrías, pero nosotros nos apresuramos a dar con ellas para poder verlas y disfrutarlas. Aquí, un adulto de la primera y dos primeros inviernos de gaviota cana. Da, además, la casualidad de que la argentatus está anillada, seguramente en Reino Unido.

Otra joya gaviotil son los imponentes gaviones de los que pudimos ver varias edades, pero me quedo con este adultazo posado sobre las rocas de la costa.

Y las omnipresentes patiamarillas, desde adultos en plumaje nupcial como esta pareja, hasta los primeros inviernos.

Otra de las joyas de la costa que nos agradan sobremanera son los cormoranes moñudos. En nuestras aguas de interior sí podemos disfrutar de los cormoranes grandes, pero nunca de su primo pequeño. En la foto, un joven.

Los otros habitantes de las rasas, digamos, los que las explotan de una manera diferente y que no dependen extrictamente del agua sino más bien de disfrutar de zonas abiertas son también de nuestro interés. Quizá, la especie estrella de este lugar sea el bisbita de Richard de la que, por desgracia, no pudimos disfrutar de ningún ejemplar a pesar de buscarlos con intensidad. En su lugar, varias especies de paseriformes como alondras comunes (nada que ver con los miles de ejemplares de la estepa castellana), bisbitas alpinos y comunes y las cientos de lavanderas blancas de la subespecie inglesa yarrellii. Son tan abundantes que nos costó encontrar al menos una de la subespecie nominal. En mi lugar de origen, este pájaro casi es una rareza. Dejo foto de una hembra.

Otros paseriformes de los que disfrutamos fueron un grupín de zorzales reales y zorzales alirrojos.
En cuanto a limícolas, los vuelvepiedras, andarríos chicos y ostreros en el mar, y los zarapitos reales, las avefrías y los chorlitos dorados en las rasas.

Otro habitante cada vez más abundante es la garcilla bueyera. Hace no muchos años rara en la zona, hoy puede verse siempre asociada a, como su nombre indica, el ganado vacuno. Una foto de una de ellas ejerciendo.

Espero volver pronto.

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