20 de septiembre de 2006

VIAJE AL SUR

Ayer llegué de mi viaje al sur en busca de pájaros y playa. Debería haber durado mucho más, pero por motivos personales hemos tenido que regresar antes. Dentro del itinerario marcado he podido visitar casi todo lo que me había propuesto, pero he tenido que prescindir de sitios tan alucinantes en esta época del año como el Brazo del Este, Tarifa, Desembocadura del Guadalhorce o el Cabo de Gata, los cuales entraban dentro del trayecto. Hemos recorrido 2720 km. que me han proporcionado 5 especies nuevas. 5 bimbos a estas alturas de la lista no está nada mal, aunque podrían haber sido, al menos, un par más. Cristina si que se ha traído un buen carro y ya está dentro del "Club 200". De mis cinco bimbos, uno de ellos es rareza.

Salimos de casa el día 12 de septiembre, y en nuestra bajada al sur queríamos hacer una parada en los arrozales de Cáceres, para tacharnos el BENGALÍ ROJO (Amandava amandava), una exótica establecida desde hace años en nuestro país y que está dentro de la Lista de las Aves de España. Pudimos localizarlos en el pueblo de El Batán, gracias a las indicaciones previas de Javier Prieta, con el que me había puesto en contacto días antes vía mail. Literalmente me dijo que en esa zona había "miles", y no se si será así, pero que hay muchos, muchísimos, puedo certificarlo. Recorriendo los caminos entre los arrozales y siguiendo los carrizales pararelos, puedes verlos en pequeños grupos entrando y saliendo de la vegetación. Además son muy ruidosos y nada tímidos. Eso sí, imposible hacerles una foto mediante digiscoping, ya que no paran quietos. Tomamos caña y tapa en un bar junto a la preciosa muralla de Galisteo y seguimos rumbo al sur.
Cuando llegamos a Sevilla, decidimos intentar otro de los objetivos de nuestro viaje, el ALZACOLA (Cercotrichas galactotes) antes de dirigirnos a Matalascañas, donde pensábamos instalarnos un par de días. Otra vez gracias a un ornitólogo local, gran conocedor del campo sureño y además amigo mío, Paco Chiclana, llegamos a la zona de Los Palacios. La tarde se presenta horrible, ¿quién dice que no llueve en el sur?, debe ser que llevamos la lluvia desde el norte... Tormentón al canto y sin mucha convicción y con sólo los prismáticos al cuello paseamos en busca de este hermoso túrdido. ¡Ni 30 metros habíamos andado cuando aparecen dos ejemplares a huevo, posados sobre unos girasoles resecos, y yo sin telescopio ni coolpix! Los observamos un rato, mientras vuelan a esconderse en una higuera. Damos media vuelta al coche a por los bártulos, pero cuando volvemos, observamos que han volado a lo más profundo de una tierra plantada con algodón y su observación se hace poco menos que imposible. Matamos el rato viendo un gran bando de gorriones morunos (Passer hispaniolensis) y alguna tarabilla norteña (Saxicola rubetra), y con la noche llegada de repente debido al cielo encapotado nos vamos a Matalascañas, Huelva, a descansar hasta el día siguiente.
Antes de que amaneciera el día 13 ya estaba pateando la playa de Matalascañas observando con detenimiento todo lo que se movía. Con las primeras luces del día había dos grandes barras de gaviotas: sombrías, patiamarillas, de Audouin y alguna picofina. Junto con ellas, charranes patinegros, y aquí es cuando se me aceleraba el corazón, pero ninguno tenía el pico amarillo, ¡a mí pesar!. Como curiosidad, un precioso macho de oropéndola (Oriolus oriolus) posado sobre la arena de la playa, pensándose si cruzar el mar o no. El resto del día lo pasamos en la playa aprovechando el buen tiempo.
El día 14 habíamos quedado con Paco Chiclana y el resto de la "Peña de los jueves": Mario Martín, Ricardo Martín y Jose Luís Anguita, para pajarear por la zona gaditana de Sanlúcar de Barrameda y Chipiona. Por la mañana, visita turística por la ciudad de Sevilla, la cual no conocía (Cris sí, asi que hizo de guía); por cierto, cuando dicen que es una de las ciudades más bonitas de España, ya sé porque es. Nos metemos un arroz a la marinera en un buen mesón andaluz y a las 16 horas estamos junto al estadio del Betis esperando a los pajareros andaluces, que llegan puntuales a la cita. Nos dirigimos a un playón pedregoso entre Sanlúcar y Chipiona donde podemos observar varias especies de charranes, gaviotas de cinco especies y limícolas varios; y con Doñana enfrente. Aquí sí pude hacer digiscoping como Dios manda por fín, aunque últimamente no ando nada fino.


Pagaza piquirroja (Sterna caspia), Charrán patinegro (Sterna sandvicensis), Charrancito común (Sterna albifrons), Playa de Montijo, Chipiona, Cádiz, sep.06

De aquí fuimos a buscar otro de los objetivos del viaje, el VENCEJO MORO (Apus affinis). Con nuestros acompañantes no tuvimos problema. Nos llevaron directamente al sitio y sólo tuvimos que esperar a que aparecieran. Bueno, mejor dicho, a que apareciera, porque aunque esperábamos más, al final de la tarde y tras varias horas de observación solo vimos uno, eso sí, a placer. Estas fotos están hechas a pelo con la coolpix.

Vencejo moro (Apus affinis), Chipiona, Cádiz, sep.06



¡Qué buena gente esta del sur! Te llevan de pajareo, te permiten ver especies que nunca has visto, conoces sitios impresionantes, pasas una tarde agradable y la rematamos con unas cañas y unas tapas tradicionales en un bar de playa, y encima no te dejan ni invitarles a una ronda. Desde luego que si algún día me devuelven la visita, como me prometieron, van a saber lo que es un buen arroz a la zamorana y unas morcillas de Burgos. Un consejo, si algún día bajais al sur y tenéis la oportunidad de probar una ración de "ortiguillas", ¡ni os lo penséis! No hagáis caso del nombre, no tienen nada que ver, y es una de las mejores cosas que he probado en mucho tiempo. En principio desde Chipiona, Cris y yo, íbamos a ir a Tarifa, pero por motivos que he contado antes decidimos subir hasta Alicante y no lo pensamos dos veces. Desde aquí, nos pusimos en camino. Paramos a dormir en mitad de la sierra granadina, para despertarnos con Sierra Nevada de fondo.

La suerte de tener un primo que vive en Alicante es una pasada (por el tema de tener casa gratis al lado de la playa), pero que encima sea pajarero como yo... ¡eso ya es la ostia! Llegamos a Alicante el día 15 a media tarde, a casa de Juanma y Carolina, y ese mismo día por la noche, ¡volví a bimbar!. Ya conté alguna vez aquí que había una especie que afeaba mi lista, el CHOTACABRAS PARDO (Caprimulgus ruficollis). Pues bien, desde la noche del pasado 15 de septiembre, ya no la afea. Cuando regresamos del transecto nocturno en busca de chotacabras nos acostamos pronto porque al día siguiente había que recorrer los humedales del sur de la provincia de Alicante en busca de mi quinta boroña.

Las primeras luces de la mañana aún eran incipientes cuando amanecía en el Clot de Galvany, en Elche. La laguna de contacto amanecía con malvasías (Oxyura leucocephala), azulones (Anas platyrhynchos), cucharas (Anas clypeata) y zampullines comunes (Tachybaptus ruficollis) sobre su lámina de agua, pero ni rastro de la anátida que buscaba. Aparecieron hasta tres calamones (Porphyrio porphyrio) para amenizarnos el rato, ya que para los del norte, estos son bichos de ciencia ficción. Sobre nuestras cabezas pasaron dos águilas calzadas (Hieraaetus pennatus), una de ellas con cabeza y hombros blancos, y al poco rato un precioso halcón abejero (Pernis apivorus).

Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), Clot de Galvany, Elche, Alicante, sep.06

Al no tener éxito en esta laguna, nos bajamos a la más grande. Debido a la sequía parcial, sus orillas estaban ideales para limícolas, y así observamos: andarríos bastardo (Tringa glareola), chorlitejos patinegro (Charadrius alexandrinus), chico (Charadrius dubius) y grande (Charadrius hiaticula), andarríos grande (Tringa ochropus), correlimos menudo (Calidris minuta), zarapitín (Calidris ferruginea), tridáctilo (Calidris alba) y común (Calidris alpina), archibebe común (Tringa totanus), cigüeñuelas (Himantopus himantopus) y una agachadiza común (Gallinago gallinago). Además había un paso brutal de lavandera blanca (Motacilla alba). Un joven tarro blanco (Tadorna tadorna), unos flamencos (Phoenicopterus roseus) y unas cuantas golondrinas dáuricas (Hirundo daurica), también se dejaron ver a placer. Pero ni rastro de mi próximo bimbo, así que cambiamos de lugar.

Flamenco común (Phoenicopterus ruber), Clot de Galvany, Elche, Alicante, sep.06

Del Clot nos fuimos a las Salinas de Santa Pola. Sitio impresionante para ver aves, pero de muy difícil acceso, al menos para los profamos. Centenares de flamencos, gaviotas picofinas (Larus genei), reidoras (Larus ridibundus) y patiamarillas (Larus michaellis). Un grupo de espátulas (Platalea leucorodia), multitud de garzas reales (Ardea cinerea) y garcetas comunes (Egretta garzetta). Charranes, charrancitos, fumareles comunes y varias especies de limícolas. Y por fín, a una distancia más grande de lo que me hubiera gustado, mi bimbo deseado, un grupo de 5 ejemplares de CERCETA PARDILLA (Marmaronetta angustirostris). Los nervios y la calima me sobrepasaron y no pude hacerles ni una foto decente. Gracias a la colaboración de un aguilucho lagunero (Circus aeroginosus) pasaron volando bastante cerca, y fue cuando las observé a placer.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres), Salinas de Santa Pola, Alicante, sep.06

El calor ya apretaba muchísimo y fuimos a acabar la mañana a la laguna de La Mata. No sin antes hacer la parada de rigor en un bar de esta localidad costera para tomar un refrigerio. La laguna estaba totalemente "caput". Lo más interesante fué un grupo de chorlitos grises (Pluvialis squatarola) y un vencejo pálido (Apus pallidus), otra especie a la que los del norte nos quedamos mirando ensimismados. Para casa a comer y dormir una merecida siesta. Allí no se puede hacer otra cosa entre las 14 y las 18 de la tarde.

Y fué a las 18 h. cuando salimos en busca de los camachuelos trompeteros (Bucanetes githagineus) que habitan esta provincia, pero aquí es cuando hay que aplicar eso de: "siempre hay que dejar algo para volver otra vez". Me conformé con ver una hermosísima collalba negra (Oenanthe leucura).

El domingo 17 de septiembre lo pasamos por la mañana en la playa, a mediodia comiéndonos una paella con pescado y ali-oli (bimbo gastronómico, al igual que las ortiguillas) y depués durmiendo la siesta. Al atardecer volvimos al embalse de Elche a dar un paseo y volvimos a ver un chotacabras pardo al anochecer.

Mientras yo andaba por el sur, aquí en el norte ha habido una entrada chachi de rarezas, entre ellas de correlimos canelo (Tryngites subruficollis), creo que se han visto hasta 5. Es una especie que yo no he visto, pero al igual que me sucedió con el entradón que hubo de esta especie en el 2004, he estado en el sitio equivocado en el momento oportuno. Ahora he vuelto, ¡aparecer si sois valientes!. Aunque mi viaje ha sido una pasada, 5 bimbos en pocos días. Ya casi me tengo liquidado el sur peninsular. El año que viene, camachuelo trompetero y carricerín real.

Quiero dedicarle este texto a Javier Prieta, los pajareros sureños de la "Peña de los jueves", a Juanma y Carolina y, por supuesto, a Cris por acompañarme y aguantar todo lo que aguanta.

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